Filipenses 4:5-7
"Que la bondad de ustedes sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca. No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús".
El día a día puede llegar a ser una montaña rusa de emociones y circuntancias que parecen querer aplastarnos; sin embargo, al escudriñar la Palabra de Dios nos damos cuenta de que la oración es esa puerta de escape que el Señor dejó para cada uno de sus hijos. La oración es como el arma más poderosa que todo guerrero cristiano puede tener, y es por eso que el Apóstol Pablo nos insta en este libro a no angustiarnos por nada, y a que recurramos a la oración para encontrar respuestas.
Quizás, muchas veces no tengamos la respuesta en el preciso instante, pero puedes estar seguro que Dios nos dará paz, consuelo y una dirección. Mediante la oración le estás permitiendo a tu Padre Eterno tomar el control de la situción que atraviesas, y puedes estar convencido de que él te llevará a un puerto seguro.
La paz de Dios es una consecuencia de buscarle mediante la oración, y es normal que cuando nos volvemos un tanto perezoso para orar, siempre tengamos cargas, preocupaciones y confusión, pues nuestro espíritu está alejado de la fuente divina, y necesita ser recargado mediante una conexión con su Creador. Dejar de orar es ceder terreno al maligno y permitirle desorientarte del camino que Dios dejó paar tu vida.
No se trata de no tener problemas o no tener que pasar por tribulaciones, sino de tener la convicción de que Dios nos ayudará a superarlos, y de esperar en él disfrutando de su paz.
La oración diaria y en todo tiempo no sólo te ayudará a entender cuál es el camino a tomar, sino que te permitirá conocer más de tu Padre, y así poder construir una relación más íntima con él.
Sea cual sea tu situación o problema, ¡ora!, algo maravilloso Dios irá a hacer. No lleves tus cargas solo; entrégaselas a él .
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