"Y muchas otras señales hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro; pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengan vida en Su nombre” Juan 20:30-31
Jesús, es sin duda, la persona más importante que ha pisado laTierra; no ha habido ni habrá otro como él. Aún las personas que dicen ser ateas o no reconocer a Jesús como Dios, entienden que sólo él pudo dividir la historia en dos: antes de Cristo y después de Cristo.
Sí, él ha sido el único hombre que dividió la historia de la humanidad en dos, y su presencia en este mundo marcó muchos precedentes para todos; para quienes lo aceptan y para quienes no.
El caso es que la vida de Cristo en la Tierra ha generado mucha expectativa, pues son muchas sus enseñanzas que hoy día siguen cambiando la vida de la gente. Jesús era un hombre y también es Dios. Era el único digno para morir por todo un mundo de pecado, y fue el único dispuesto a hacerlo.
Su ministerio terrenal es conocido por la gente que le seguía, sus discípulos, sus parábolas y sus milagros. La Biblia relata que si en ella se escribieran todos los milagros de Jesús y todos sus hechos, no hubiera libro alguno capaz de recoger todo lo que él hizo por la gente. ¿Y sabes algo? ¡Ese Jesús que hacía milagros sigue haciéndolos hoy día!
Cada día es una oportunidad para recibir un milagro suyo, sin importar que tan grande sea tu necesidad.
¿Qué tipo de milagros hacía Jesús?
Los milagros de Jesús son los hechos maravillosos y sobrenaturales que Jesucristo realizó durante su ministerio terrenal, y han sido recogidos en los cuatro Evangelios.
Estos milagros se clasifican en cuatro categorías: curaciones, exorcismos, resurrección de muertos y control sobre la naturaleza.
Clasificamos los milagros en cuatro categorías. En total unos 35 milagros.
A. Sanidades.
1. El hijo del noble (Juan 4:46-54). 2. La suegra de Pedro (Mateo 8:14-17; Marcos 1:29-31; Lucas 4:38-39). 3. Un leproso (Mateo 8:2-4; Marcos 1:40-45; Lucas 5:12-15). 4. El paralítico bajado por el tejado (Mateo 9:2-8; Marcos 2:3-12; Lucas 5:17-26). 5. El paralítico en el estanque de Betesda (Juan 5:1-9). 6. El hombre con una mano seca (Mateo 12:9-14; Marcos 3:1-6; Lucas 6:6-11). 7. El siervo del centurión (Mateo 8:5-13; Lucas 7:1-10). 8. Una mujer con flujo de sangre (Mateo 9:20-22; Marcos 5:25-34; Lucas 8:40-56). 9. Dos ciegos (Mateo 9:27-31). 10. Un sordo tartamudo (Marcos 7:31-37) 11. Un ciego de Betsaida (Marcos 8:22-26). 12. El ciego de nacimiento (Juan 9:1-14). 13. Una mujer encorvada desde hacía 18 años (Lucas 13:10-17). 14. Un hidrópico (Lucas 14:1-6). 15. Diez leprosos (Lucas 17:11-19). 16. El ciego Bartimeo y sus compañeros (Mateo 20:29-34; Marcos 10:46-52; Lucas 18:35-43). 17. La oreja de Maleo (Mateo 26:51-53; Marcos 14:47; Lucas 22:50-51).
B. Exorcismos y Curaciones de Endemoniados
1. El endemoniado en la sinagoga (Marcos 1:21-28; Lucas 4:31-37). 2. El endemoniado ciego y mudo (Mateo 12:22; Lucas 11:14). 3. Los endemoniados gadarenos (Mateo 8:28-34; Marcos 5: 1-20; Lucas 8:26-39). 4. El endemoniado mudo (Mateo 9:32-34). 5. La hija de la sirofenicia (Mateo 15:21-28;Marcos7:24-30). 6. El muchacho epiléptico (Mateo 17:14-21; Marcos 9:14-29; Lucas 9:37-43).
C. Dominio Sobre las Fuerzas de la Naturaleza
1. El agua hecho vino en las bodas de Caná (Juan 2:1-11). 2. La primera pesca milagrosa (Lucas 5: 1-11). 3. Cristo calma la tempestad (Mateo 8:23-27; Marcos 4:35-41; Lucas 8:22-25). 4. Cristo alimenta a 5.000 (Mateo 14:13-21;Marcos 6:34-44; Lucas 9:11-17; Juan 6:1-14). 5. Cristo anda sobre el agua (Mateo 14:22-33; Marcos 6:45-52; Juan 6:19). 6. .Jesús alimenta a 4.000 (Mateo 15:32-39;Marcos 8: 1-9). 7. El estatero hallado en la boca del pez (Mateo 17:24-27). 8. La higuera estéril secada (Mateo 21:18-22; Marcos 11:12-14,20-26). 9. La segunda pesca milagrosa (Juan 21:6).
D. Resucitación de muertos
1. El hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:11-15). 2. La hija de Jairo, en Capernaum (Mateo 9:18-26; Marcos 5:22-43; Lucas 8:41-56). 3. Lázaro, en Betania (Juan 11:1-14).
Estas acciones sobrenaturales de Jesús hacía que muchas personas le siguieran, pero lo más importante es que eran una manifestación de Dios y su reino, para que la gente pudiera tener esperanza y creer en las promesas y profecías que el Señor había revelado a través de sus profetas desde el Génesis hasta Malaquías.
Sin embargo, mucha gente que vio a Jesús hacer lo imposible posible, no le seguía por convicción ni arrepentimiento, sino por las ganas de ver algo nuevo; por las ganas de oír cosas que nunca habían oído. Muchos le seguían por diversión, por interés o porque Jesús era el “hombre del momento” en las diferentes aldeas y pueblos de Israel.
Hoy día, no es tan diferente; muchos siguen a Jesús pero no son cercanos a él. Muchos le siguen porque necesitan ser sanados, calmados, liberados o provistos. Sólo por necesidad.
Dios desea mostrarnos su gloria a medida de que compartimos tiempo con él y perseguimos intimidad con su Espíritu. Él no quiere que nos conformemos sólo con un milagro, sino que le busquemos por amor y porque reconocemos que dependemos de su ayuda.
Ser humildes es aceptar que sin Dios no podemos hacer nada, y eso también implica que nos dejemos arropar por su gracia y no sólo que busquemos sus dádivas y milagros.
La gracia de Dios es suficiente para el ser humano; mucha gente se decepciona cuando siente que no recibe de Dios lo que busca, pero caminar con Jesús es ser conforme con lo que él nos da.
Eso sí, puedes estar seguro de que el mismo Jesús que estaba dispuesto a hacer milagros, es quien camina contigo y cualquier día es propicio para verle actuar de forma sobrenatural en nosotros y nuestros seres queridos.
Si deseas un milagro del Salvador, búscale con denuedo cada día, pues todos quienes recibieron milagros de su parte se acercaron a él para conseguirlo.